lunes, 26 de marzo de 2012

Preguntas, porqués... Comienzos


¿Qué derecho tiene nadie a interrumpir nuestra vida?
Una interrupción corta de raíz un estado, un sentimiento, una acción. En ocasiones nos fastidia, otras las dejamos sin más pero a veces rezamos para que sucedan.
Unas décimas de segundos que descolocan la vida de una persona. Quizá una vida que espera ser descolocada en algún momento pero que no tiene prisa, ni exigencias ni necesidad porque sabe que será así, le guste o no.
La costumbre y la rutina facilitan las cosas. Evitan que pensemos en lo que no queremos. Pero no nos engañemos, a solas..., qué debo hacer, qué hago, porqué siempre tengo que tomar la decisión correcta aunque mi corazón desee elegir otra cosa. ¿Para los demás?
Estoy cansada de controlar cada movimiento, cada pensamiento, cada sentimiento... necesito aislar.
Aquello no es bueno para mí, no puedo mantenerlo más tiempo a mi lado. Es una cuestión de principios, desde pequeñita me enseñaron a alejarme de lo malo.
¿Y por qué me cuesta tanto?
¿Y quién sabe lo que es bueno o malo para cada cuál? Lo importante es quererse, respetarse y entonces será cuando sepamos lo que nos conviene y lo que no.

Ahora hay que volver a empezar, y ¿quién ha dicho que los comienzos no sean difíciles pero encantadores? Son los momentos más fantásticos que tenemos. El principio de algo siempre produce un subidón de adrenalina que nos invita a querer saber más, a descubrir poco a poco, un nuevo futuro. Un futuro en el que sabemos qué no queremos, porque hemos sufrido y no queremos volver a hacerlo, por lo menos errando en lo mismo. Tropezaremos otra vez, pero con piedras nuevas, con el corazón aleccionado y algo más frío. ¿Y qué si no vivimos con tanta pasión?..  Quizá esa pasión la hayamos vivido individualmente, ahora si la compartimos, disminuye en intensidad personal pero aumenta en pareja, y por tanto podría multiplicarse por dos. Miedo me da la palabra pareja, pero debo aceptarla de nuevo en mi vocabulario porque me gusta, porque la quiero aunque me da miedo. Las mentiras hicieron mucho daño. Pero debo empezar, con el pro de la ilusión y el contra de la desconfianza. 

miércoles, 7 de marzo de 2012

Es necesidad


Necesidad y amor. A priori, dos sentimientos que no deberían darse la mano. Y, sin embargo, parece que no viven uno sin el otro. Pero debe ser en ese orden. Si los invertimos, el final es de ensueño pero no la realidad. Por eso debe ser necesidad y amor.
Tampoco es lo mismo necesidad de amor, porque también sería lo que toda persona busca y que, muy pocos, encuentran. Y si se encuentra, el tiempo es finito y desaparecerá... A veces, convirtiéndose en rutina, una sensación prohibida cuando impera el amor.
¿Hay necesidad o hay amor? La necesidad puede estar provocada por una búsqueda de una sutil tranquilidad consigo mismo, de una apariencia, políticamente correcta, hacia los demás o, incluso, de un miedo atroz a conocer la realidad de cada uno. Es fácil, entonces, luchar por encontrar esa persona capaz de darte todo eso y mucho más a cambio de amor.
La película entonces es la que es, su título, Estoy aquí porque me necesito y tú estás porque me amas. De un tal F. Moccia cualquiera. Lo que desembocará, lo queramos o no, en una "dosis de vida fugaz que me diste a probar". La necesidad lleva a ensalzar el egoísmo.
Quizá no sea tan malo que uno tenga necesidad y el otro amor, si siempre fuera así. Pero... la necesidad una vez contemplada y arropada, buscará cómo alimentar ahora el amor y saldrá a la caza de aquél corazón que la inunde, que la reviva, que la provoque, que la haga sufrir, que la encele... Y entonces?
El enamorado por amor y no por necesidad, desquiciará su vida, convirtiéndola en esa dosis letal y provocando que agonice segundo a segundo y paso a paso por el camino que le llevará a la necesidad... No será así, si su amor ha sido sentido, vivido y único. Desaparecerá, indudablemente, la exclusividad. Eso que solo saben qué es, los que la han vivido.

sábado, 3 de marzo de 2012

Reír


Reír, humor, momentos simpáticos, relax, disfrutar, probar... No quiero penas, malhumor, egoísmo, cinismo, hipocresía ni MENTIRA, y de momento parece ser que es lo que son capaces de dar. Así que... sin buscar pero mejor sin encontrar...
Cierto es que dar te hace más feliz, pero de ahí a que tratemos como tontos a los demás, hay un abismo. Dar es bonito pero recibir es necesario para que podemos seguir dando. Y el egoísmo se lo han puesto por bandera y no ven más allá de sus ombligos. 
Qué malo es una infidelidad pero tener a una persona que solo se quiere ella, es un drama. No es necesario pero si la igualdad es eso, voy a ver cómo anda mi ombligo...