viernes, 3 de agosto de 2012

Relatividad sesgada


Qué difícil es ser persona y si ya lo que quieres es ser buena persona, se convierte en un reto casi inalcanzable. Qué acertado estuvo Einstein. Todo es relativo y si hablamos de sentimientos, pensamientos, valores y comportamientos, la teoría se queda algo escasa.
Sin embargo, con qué facilidad algun@s son capaces de ser malas personas. Sin relatividad. Qué difícil es encajar un egoísmo supremo. Qué complicado es quererse solo así mismo, y ahí siguen, entorpeciendo el crecimiento natural de su persona. Lo que pagan con su vida, casi en todas las ocasiones.
Lo que no se dan cuenta es el escaso perjuicio que ocasionan en los demás. Ahí sí entra la relatividad. Y no sabes cuánto... El daño que produce una buena persona es fruto del respeto, cariño o amor que siente. La herida cura sin cicatrices, el dolor desaparece invadido por la comprensión. No es necesario relativizar nada. El daño que produce una mala persona se convierte en simple rutina, un empujón que no deja huella.
Y se empeñan en ir dando empujones porque piensan que dejan un bonito rastro a sus pies... Qué triste son.
Y a la vez qué pena dan... Un halo de soledad les acompañan permanentemente por eso necesitan, de vez en cuando, regalar uno de sus empujones... A veces dejan algo dolorido, solo a veces.
Y, claro, no son capaces de darse cuenta que molestan, nada más, molestan... Una huella en la arena que desaparece con la brisa.
A lo mejor no es tan difícil ser buena persona, a lo mejor no es un reto inalcanzable, a lo mejor sí lo es el ser una mala persona...
En quiénes puedo hacerlo, lucharé, entonces, porque sean las dos mejores personas del mundo.

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