Es una
lástima el no saber comprender cuando más se reclama. No es un capricho cuando
alguien esta mal, no lo es. Por supuesto que hay situaciones, motivos que no
son excusas.
Cuando
dejas de hacer algo que de verdad te apetece, que de verdad lo necesitas pero
en ese momento el diablo lucha y puede al ángel que todos llevamos dentro,
tomas, quizá, una decisión que es la tuya, la que quieres porque no puedes con
tu alma y en ese momento solo esperas que, por lo menos, las personas que viven
contigo, que saben de ti, que te quieren, te comprendan, entiendan por lo que
estás pasando y sepan encajar tus momentos, lo que no significa
olvidarte.
Prohibido
juzgar siempre, pero de esta manera... Y entonces te planteas que no lo encajan
porque quieren que estés, aún de manera egoísta o porque se quedan sin un
regalo, no solo material... La vida demuestra que lo que importa es quitar el
lazo rojo, si no hay nada que desenvolver no interesa. Lástima que prefiramos
el regalo a los años compartidos.
Y lo
llaman prepotencia... Solo un poquito de humildad y respeto es suficiente para
entenderlo.
Y
aquellos que hacen oídos sordos cuando hay un problema, la ocupación y los
quehaceres, ellos mismos... les roban el tiempo, se hacen llamar
hipocresía.
Y están
los que no son capaces de mirar directamente a los ojos ante una inevitable
verdad, dícese de los falsos, con un cinismo desmesurado.
La
jungla es de lo más variada y dentro de cada especie hay clases, pero lo
que de verdad importa son los individuos, aquellos que son capaces de
diferenciarse de la manada aún a riesgo de quedarse solos.
Y es
que, quién busca refugiarse en la compañía de la falsedad, de
la hipocresía o del cinismo? Me falto el egoísmo...
Las
personas solo necesitan de verdad, aunque duela, pero es un dolor limpio que
brilla tan solo con un beso o un abrazo, sin embargo es muy difícil cuando no
se sabe el significado del sentimiento, y sobre todo cuando no se sabe encajar.
En este
momento de mi vida, me es mucho más fácil explicarles a mis hijos que las
personas no son un capricho si no el resultado de sus vivencias y situaciones,
a veces muy crueles y no ayudan, en este caso la palmadita en la espalda,
vuelve cuando quieras y ahí te quedas. Ojalá las personas, esas que no
entienden cómo alguien puede estar muy mal, en esos momentos en los que se les
suplica y se pide comprensión, solo eso, no vivan según cuáles, porque las
extensiones o las uñas postizas no les iban a servir ni si quiera para la
palmadita en la espalda.
Qué
pena que se minimice la importancia de otros actos compartidos y ayudados, al
fin y al cabo vividos y por los que se dan un millón de gracias cada día. Pero,
lo siento, no entiendo la incomprensión vs abandono, en los peores momentos.
Me quedo con la tristeza y un sabor amargo de recuerdos pasados que no
volverán... Espero que tengáis muchos lazos rojos estos Reyes... Magos.

Cada día te quiero más. Siempre perseguí la sabiduría de quien me precede y tú me has precedido desde hace años...Sola en la inmensa marea sólo deseo ser una parte de tu tabla para siempre. Besos libres de lazos rojos, pero presos de un cariño sincero. De un amor de verddad.
ResponderEliminarTe quiero mucho. Creo q puedes entender mejor q nadie lo q quiero decir. Un beso.
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