viernes, 23 de diciembre de 2011
Amistad tiene todo para que todo esté bien. Entonces?
Supongo que eso es vivir la vida y no que la vida pase por ti. Amistad tiene todo para que todo esté bien. Incluso la palabra es bonita, abierta, sin vocales cerradas. Y sin embargo qué difícil es alimentarla bien. Unas veces porque escasean los alimentos otras porque los gustos no son los acertados. Muchas veces es como una dieta, das los mejores ingredientes y consejos para estar guapa y se reciben como una amenaza. Difícil de digerir, de manejar. Las explicaciones se entienden como una excusa y no como un motivo y es porque se desconoce que el gesto amistad lleva inherente el derecho a la libertad. No es amigo el que da lo que no necesitas. Y quizá, ni lo sepa. Entonces piensas si la amistad es también mentira, intercambio de intereses que no van más allá. Y te enfadas cuando eso, lo que tu crees que es amistad, se convierte en una obligación fea, subjetiva y caprichosa con pataleta de niño. Es entonces cuando mezclas sentimientos e intentas buscar una razón a ese comportamiento que no te gusta. Las opciones son escasas, limitadas y peligrosas. O eliges que la amistad sea un mero intercambio de intereses, decisión que no te gusta lo más mínimo pero es cómoda, o luchas por lo que tu crees y que cada cual elija. Te decides por luchar por lo que piensas y eso conlleva, quizá, lo más probable, que lo que entendías por amistad se convierta, simplemente, en una mera relación entre personas, pero sin apostar. Y la apuesta es lo que le hace grande.
Lo importante es encontrar a quien entienda la amistad como lo haces tú, lógicamente la libertad hace el resto. Y eso es lo complicado, mucho más en una sociedad en la que si no hay cartera no hay nada.
Mis padres, mis amigos... supieron explicármelo, del resto, ineludiblemente me responsabilizo solo yo.
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