jueves, 22 de diciembre de 2011

Saltar cada vez más alto


¿Por qué cada vez tengo que saltar un poco más alto? llegará el día que no pueda con ese milímetro de más. Y todos los días, un poco más. Y todo los días, podemos. Podemos porque no nos queda más remedio y la necesidad nos empuja o podemos porque si no todo se desvanece?.
Es cierto que la dificultad y las adversidades te hacen fuerte pero no es menos cierto el vacío que, a veces, te deja por la impotencia que acompaña al salto. Recompensa?. Pensamos que siempre esa superación es positiva pero si hacemos balance en un día triste, alicaído en el que todo sale al revés, merece la pena? no nos queda otra que pensar que sí.
Cuando encuentras un trabajo que te permite sobrevivir, dar de comer a los tuyos después de años luchando a contracorriente, rodeada de personas buenas que te ayudan, otras que te han sacado la sangre hasta casi agonizar, ahí es cuando aparece ese milímetro que superas con un esfuerzo máximo, pero que superas.
Y ya algo más tranquila pero sin perder el  norte, vives un momento similar al que sucede cuando acabas una carrera, pero pensando ya en la siguiente. Necesitas unos días para recuperarte y prepararte para los siguientes milímetros. Ya estás sobreavisada y jamás desaparecerá esa tensión que te ha mantenido en los momentos más complicados.
Y en ese momento de adaptación te acompañan pensamientos que crean miedo. Todo te ha ido mal, has tenido que ir dando patadas y ahora después de mucho tiempo dejas las botas de tacos a un lado. Uf un escalofrío te recorre todo el cuerpo y te da por pensar qué otras desgracias pasarán que intentarán ganar la batalla que antes no ganaron. Y te haces pequeña, tienes miedo pero lo llevas en la sangre. Tras esos momentos vuelves a salir y saber que puedes con todo. Pero a seguir con las botas puestas. Y lo más importante a no olvidarte jamás de esas personas que estuvieron ayudándote a pesar de sus vidas y sus problemas. Para ellas.
Y por supuesto no olvidarte de aquéllas que hicieron todo lo posible para hundirte y no lo consiguieron, cayeron ellas solitas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario