sábado, 22 de diciembre de 2012

Extensiones o uñas postizas


Es una lástima el no saber comprender cuando más se reclama. No es un capricho cuando alguien esta mal, no lo es. Por supuesto que hay situaciones, motivos que no son excusas. 
Cuando dejas de hacer algo que de verdad te apetece, que de verdad lo necesitas pero en ese momento el diablo lucha y puede al ángel que todos llevamos dentro, tomas, quizá, una decisión que es la tuya, la que quieres porque no puedes con tu alma y en ese momento solo esperas que, por lo menos, las personas que viven contigo, que saben de ti, que te quieren, te comprendan, entiendan por lo que estás pasando y sepan encajar tus momentos, lo que no significa olvidarte. 
Prohibido juzgar siempre, pero de esta manera... Y entonces te planteas que no lo encajan porque quieren que estés, aún de manera egoísta o porque se quedan sin un regalo, no solo material... La vida demuestra que lo que importa es quitar el lazo rojo, si no hay nada que desenvolver no interesa. Lástima que prefiramos el regalo a los años compartidos. 
Y lo llaman prepotencia... Solo un poquito de humildad y respeto es suficiente para entenderlo. 
Y aquellos que hacen oídos sordos cuando hay un problema, la ocupación y los quehaceres, ellos mismos... les roban el tiempo, se hacen llamar hipocresía. 
Y están los que no son capaces de mirar directamente a los ojos ante una inevitable verdad, dícese de los falsos, con un cinismo desmesurado.
La jungla es de lo más variada y dentro de cada especie hay clases, pero  lo que de verdad  importa son los individuos, aquellos que son capaces de diferenciarse de la manada aún a riesgo de quedarse solos.
Y es que, quién busca refugiarse en la  compañía de  la falsedad, de  la hipocresía o del cinismo? Me falto el egoísmo... 
Las personas solo necesitan de verdad, aunque duela, pero es un dolor limpio que brilla tan solo con un beso o un abrazo, sin embargo es muy difícil cuando no se sabe el significado del sentimiento, y sobre todo cuando no se sabe encajar.
En este momento de mi vida, me es mucho más fácil explicarles a mis hijos que las personas no son un capricho si no el resultado de sus vivencias y situaciones, a veces muy crueles y no ayudan, en este caso la palmadita en la espalda, vuelve cuando quieras y ahí te quedas. Ojalá las personas, esas que no entienden cómo alguien puede estar muy mal, en esos momentos en los que se les suplica y se pide comprensión, solo eso, no vivan según cuáles, porque las extensiones o las uñas postizas no les iban a servir ni si quiera para la palmadita en la espalda. 
Qué pena que se minimice la importancia de otros actos compartidos y ayudados, al fin y al cabo vividos y por los que se dan un millón de gracias cada día. Pero, lo siento, no entiendo la incomprensión vs abandono, en los peores momentos.   Me quedo con la tristeza y un sabor amargo de recuerdos pasados que no volverán... Espero que tengáis muchos lazos rojos estos Reyes... Magos.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Por qué blanco o negro?


¿Por qué solo blanco o negro? Y ¿por qué no va a ser blanco o negro cuando la vida solo te da patadas? ¿Dónde está la escala de grises cuando sobrevives o mueres?
Mi blanco supera con creces el blanco de muchos, pero qué pasa cuándo, por culpa del negro que me persigue ya hace años, el blanco corre un peligro atroz? Sus ojos me asustan, me alarman, me conmueve como nunca nada ni nadie lo había hecho. ¿Cómo superar tantas cosas que conforman mi negro?.
El día es duro, las personas decepcionan, las situaciones se vuelven comprometidas y el camino lleno de piedras, invita a retroceder. Entonces ¿dónde encontrar la escala de grises?
Mi defensa de la lealtad me provoca frustración.
La generosidad de las personas no es más que lo contrario a un egoísmo personal supremo que la mantiene velada.
La palabra y el compromiso solo son ingredientes conocidos pero no usados.
El respeto se convierte en un interés.
Y la verdad, ¿qué es la verdad si no lo opuesto a la mentira? Qué ironía cuando usan la mentira para no hacer daño. Daño a quién? al que la recibe o a ellos mismos? Solo las consecuencias provocan dolor. Entonces solo el que la recibe pone en duda todos los valores que sostiene al mentiroso como persona. El dolor que genera una verdad no es comparable con el que provoca una mentira. Es un dolor sano, limpio, lógico y recuperable, sobre todo recuperable. La mentira mata.
Y la responsabilidad de los actos de cada uno... qué pasa con ella? ¿Por qué nos empeñamos en echar la culpa al otro? ¿Por qué no somos capaces de ser coherentes con nosotros y con lo que hacemos?
La vida y los demás no son un juego.
Entonces encontraré mi escala de grises cuando ponga en práctica toda esta mierda que parece que ayuda a vivir.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Un abismo


Sé que algún día se arrepentirá de la decisión tan complicada que está tomando. Lo sé. Vive en un debo y no en un quiero. Pero tiene que ser así. Porque si lo que deseas es la muerte, es cierto que estás loca.
Sin embargo, el deber se convierte en una vida llena de sin sabores, todo es igual, monótono, tanto las risas como los llantos. Da igual una carcajada que una lágrima, si no es donde quieres que sea. En la oscuridad todo es lo mismo. No hay vida, todo es un devenir. Un acoplar cada cosa que sucede, cada situación que se vive, cada acercamiento...
Está claro que nadie entiende que exista más por encima del daño. Y las cadenas, de fino lino, ahogan igual que los herrajes más vastos. La sutileza del lino convierte al ser en una simple apariencia en la que los demás ven felicidad, incluso. Y el portador de la cadena solo se siente preso. Sus risas, aquellas que acompañan y que provocan esa falsa alegría, no son más que desgarros en su corazón.
Pero cómo hacerlo ver? Es imposible... Y vives en un no... donde debe ser. Pero se hace imposible vivir. El velo pegado a su piel, a veces se rompe y las heridas quedan al descubierto. Qué dolor más intenso!!! Así hasta que llega un nuevo velo, fruto de la imaginación, tan necesario que si no estuviera, moriría...
Hasta cuándo el velo? Hasta cuándo la imaginación podrá soportar tanta contradicción? Yo sé hasta cuándo...
Por eso, algún día se arrepentirá...

viernes, 3 de agosto de 2012

Relatividad sesgada


Qué difícil es ser persona y si ya lo que quieres es ser buena persona, se convierte en un reto casi inalcanzable. Qué acertado estuvo Einstein. Todo es relativo y si hablamos de sentimientos, pensamientos, valores y comportamientos, la teoría se queda algo escasa.
Sin embargo, con qué facilidad algun@s son capaces de ser malas personas. Sin relatividad. Qué difícil es encajar un egoísmo supremo. Qué complicado es quererse solo así mismo, y ahí siguen, entorpeciendo el crecimiento natural de su persona. Lo que pagan con su vida, casi en todas las ocasiones.
Lo que no se dan cuenta es el escaso perjuicio que ocasionan en los demás. Ahí sí entra la relatividad. Y no sabes cuánto... El daño que produce una buena persona es fruto del respeto, cariño o amor que siente. La herida cura sin cicatrices, el dolor desaparece invadido por la comprensión. No es necesario relativizar nada. El daño que produce una mala persona se convierte en simple rutina, un empujón que no deja huella.
Y se empeñan en ir dando empujones porque piensan que dejan un bonito rastro a sus pies... Qué triste son.
Y a la vez qué pena dan... Un halo de soledad les acompañan permanentemente por eso necesitan, de vez en cuando, regalar uno de sus empujones... A veces dejan algo dolorido, solo a veces.
Y, claro, no son capaces de darse cuenta que molestan, nada más, molestan... Una huella en la arena que desaparece con la brisa.
A lo mejor no es tan difícil ser buena persona, a lo mejor no es un reto inalcanzable, a lo mejor sí lo es el ser una mala persona...
En quiénes puedo hacerlo, lucharé, entonces, porque sean las dos mejores personas del mundo.

lunes, 28 de mayo de 2012

Aristas hirientes para vivir


Necesitamos tropezar con la misma piedra para comprobar que la decisión que tomamos aquel día fue la correcta. Y, además, nos encontramos que las aristas están más afiladas y que la sombra de la venganza planea por lo que fue el canto rodado.
Los buenos consejos de la gente que nos cuida parecen no ser suficientes. Pero no es eso. Necesitamos comprobar que cuando echamos de nuestra vida algo que hasta entonces nos volvió locos de amor, de felicidad, nos hizo grandes, fuertes e invulnerables, es porque no fue más que el espejismo del deseo de que fuera así. Si no, no querríamos que desaparecieran nunca.
Y vuelves porque te preguntas que, quizá, en aquel momento, pasabas por uno de esos estados de enajenación mental que tantas veces te critican...,  y que no te deja pensar ni actuar libre y tienes que volver a aferrarte a ese espejismo y ver a través de sus cristales.
El problema viene cuando te lanzas a un vacío en el que solo hay un ápice de esperanza, y te das cuenta que el espejismo es más nítido que la realidad, entonces, sorprendida y con una sonrisa dolorosa de satisfacción, piensas que la enajenación mental de aquel día fue la que te salvó de una vida triste, de una vida sumisa, intermitente de falsa felicidad, donde la dictadura del de enfrente se cierne sobre tu cabeza.
Cuando una decisión está meditada y al final la tomamos, rara vez nos equivocamos y sin embargo necesitamos asegurarnos, viviendo de nuevo aquellos momentos que nos hicieron tan infelices.
Pero no pasa nada. La intensidad no es la misma, los ojos con los que observamos los instantes, tampoco y el corazón se ha convertido en una piedra con aristas hirientes pero que poco a poco va erosionándose para, seguro, volver a rodar con la magia del amor y la felicidad. Un camino complicado y desconocido pero mejor que el que abandonaste cuando aún eras persona.

martes, 8 de mayo de 2012

Una mochila para la vida



Voluntad, la propia, la mía. No la de los demás. La que me aporta, no la que me destruye. La que me ayuda a crecer. La madura, no la infantil. Con la que estoy segura.
Deseos, los que me hacen feliz, los que puedo conseguir, con los que río, no con los que lloro. No los que me hacen sufrir. Los míos. Cada cual los suyos.
Verdad, la única con la que se puede vivir. La que no hace daño, ni a los demás ni a mi. La que me permite mirar hacia adelante. La que jamás me sacará los colores.
Humor, el que provoca buen día, el que hace que los demás quieran estar conmigo, el divertido no el dañino, el que hace que me ría de mí mismo, el que se ríe con los demás.
Amistad, la que no juzga, la que ama, la que provoca un pensamiento constante en los demás. La que entiende, es comprensiva. La que no exige, la que necesita, la que da y recibe.
Respeto, el necesario para vivir tranquilo. El dirigido a los demás y hacia mi. El que no obliga, el que comprende, el que facilita la vida. El que no encarcela.
Ego, pero una pizca. El suficiente para que mochilas incompletas no me hagan daño. El que necesita un espacio justo para quererme. El que ayuda al respeto en mi dirección. Aquél que gusta y no asusta.
Egoísmo, muy poco, un aliño. Unas gotas sanas para que aquéllos no me tomen por tonta. El que hace que me quiera en momentos complicados y evita que tire todo por la borda
Amor, no sé cuánto ni sé cómo... Dos tipos, hacia mi familia, amigos, de éste todo. En él se junta cuánto he dicho. De otro, en ocasiones nada. En otras, reservado. El que das y esperas recibir. Porque si no se ríen. De éste, el que sea egoísta, el que haga que me quiera yo también. El que no destruye. El que no sufra yo.


Y sobre todo algo de maldad que evite convertirme en un espantapájaros de quien no quiero. Lo que incluye mentiras, borrachera de enfrentamientos, algún improperio y todo aquéllo que demuestre que soy tan o más importante que el otro. Esa maldad que provoca un recuerdo continuo, algo similar a una adicción sin posibilidad de metadona. Esa que provoca una sonrisa constante, pícara que provoca un inmenso dolor en quién se lo merece. De ésta, una dosis importante.

martes, 24 de abril de 2012

Victoria, bebita



¿Cuál es la explicación? ¿Por qué pasan estas cosas? Qué razón deben darnos para que nuestro corazón no se destruya con ellas…
Una milésima de segundo y se sesga la vida de toda una familia, gente normal, trabajadora que vivía para ver crecer a sus dos hijas y disfrutar de ellas.
Pues algo decidió que no. Y les arrebató lo que más querían, la pequeña de la casa. Un descuido, una curiosidad de ella… hizo que desapareciera sin avisar.
Mis sentimientos, pensamientos, mi dolor no dejan de estar con ella. Peque, qué te pasó? Qué cosa fue tan importante que quisiste ver que te robó tu respiración?
Tan solo gozaba de dos años y medio, ¿es tiempo suficiente para estar entre nosotros? Me quedo con esos poquitos días en los que fuiste feliz con tu mami, tu papi y tu hermana, posiblemente la que más te eche de menos en esos momentos de juegos, de risas y lloros.
Dónde estés vive, por favor. Juega, llora, patalea, ríe… haz lo que deberías haber hecho aquí con tus dos primaveras.
Un beso bebita

lunes, 16 de abril de 2012

Recuerdos, cuál si y cuál no


Cuando la infancia crece deja atrás recuerdos importantes. Fueron los protagonistas de esa madurez. Permanecen. Al principio algo velados por lo nuevo para luego reaparecer con la melancolía propia de haber caído en el olvido durante un momento.
Guardamos los que nos hacen reír, llorar, aquellos con los que aprendimos lo que no estaba bien y los que nos dieron unos momentos inolvidables pensando en que no habría otros.
Y están aquellos que con una sola respiración dejan de tener sentido. Son los recuerdos a los que nos aferramos y que no nos provocan nada, pero no nos damos cuenta. No nos hacen mejores, no alimentan nuestras vidas, no sonreímos con ellos, no lloramos, no crecemos... No los guarda el corazón, los guarda la rutina de aquel día. Les otorgamos una exclusividad que no se merecen. Es suficiente una palabra para olvidarlos.
Estos recuerdos no tienen piel, desaparecen con el cambio. Son recuerdos en la retina, superficiales, llenos de mentiras. Qué fácil es sustituirlos... Estamos cargados de ellos ocupando un espacio que debería estar libre para los que sí sean de verdad. No podemos completarnos con falsos recuerdos. Nuestra persona necesita de verdad, de sentimientos... y los mal llamados recuerdos, perjudican, a veces, nuestra estabilidad.
En ocasiones nos basta con estar a solas y pensarlos, otras se encarga el mismo recuerdo y a veces es la persona que lo lanzó la que esconde la mano en el momento del tiro.
Es importante para estar bien que estos seudo-recuerdos no ocupen nuestro tiempo ni espacio y menos nuestro pensamiento, pueden solapar los importantes, los que sí tienen piel y sangre. Esos que, sin darnos cuenta, hacen que resbale una lágrima o se nos escape una sonrisa...

jueves, 5 de abril de 2012

Solo es para ti


Hiciste un drama de nuestro amor mientras compartíamos nuestros sueños. Y pretendes que olvide. No has entendido nada. No sabes lo que es vivir, no sabes lo que es morir. No sabes lo que es amor. Debemos reconstruirnos de nuevo, pero toca por separado. Derribaste el castillo que nos mantenía intocables sin avisar. Te fuiste habiéndomelo quitado todo y pretendes volver igual. Yo sí sé lo que es vivir, morir y amar. Vive con el alma lleno y podrás saber lo que necesitas. No preguntes porque no tienes ningún derecho. No te enojes porque no tienes lo que perdiste. Apostaste mal y sufres. No vuelvas con las mismas cartas. A mí me toca vivir. Mis cartas son interesantes, prometedoras y leales, pero no están en tu baraja. Párate, aprende a vivir contigo, respétate, desenfúndate de ese egoísmo que te oprime, comparte sin intereses, no busques como hasta ahora lo has hecho porque seguirás perdiendo. Respírate,quédate hasta que te veas, vuélvete a nacer, nunca es tarde. Enséñate a volar sin disfraz. Resuelve tus dudas. La luna te acompañará hasta que desaparezcan los fantasmas y yo te podré ayudar. No es imposible. Escríbete sobre un papel en blanco, pero no lo emborrones con mentiras. Tu verdadera historia es la más bonita. Pon la luz que le falta a la imagen y serás... Gracias por los momentos que fueron, mirar atrás y haberlos vividos, me hace feliz. Desapareció el dolor de la caída. Es cierto que el tiempo todo lo cura.

lunes, 26 de marzo de 2012

Preguntas, porqués... Comienzos


¿Qué derecho tiene nadie a interrumpir nuestra vida?
Una interrupción corta de raíz un estado, un sentimiento, una acción. En ocasiones nos fastidia, otras las dejamos sin más pero a veces rezamos para que sucedan.
Unas décimas de segundos que descolocan la vida de una persona. Quizá una vida que espera ser descolocada en algún momento pero que no tiene prisa, ni exigencias ni necesidad porque sabe que será así, le guste o no.
La costumbre y la rutina facilitan las cosas. Evitan que pensemos en lo que no queremos. Pero no nos engañemos, a solas..., qué debo hacer, qué hago, porqué siempre tengo que tomar la decisión correcta aunque mi corazón desee elegir otra cosa. ¿Para los demás?
Estoy cansada de controlar cada movimiento, cada pensamiento, cada sentimiento... necesito aislar.
Aquello no es bueno para mí, no puedo mantenerlo más tiempo a mi lado. Es una cuestión de principios, desde pequeñita me enseñaron a alejarme de lo malo.
¿Y por qué me cuesta tanto?
¿Y quién sabe lo que es bueno o malo para cada cuál? Lo importante es quererse, respetarse y entonces será cuando sepamos lo que nos conviene y lo que no.

Ahora hay que volver a empezar, y ¿quién ha dicho que los comienzos no sean difíciles pero encantadores? Son los momentos más fantásticos que tenemos. El principio de algo siempre produce un subidón de adrenalina que nos invita a querer saber más, a descubrir poco a poco, un nuevo futuro. Un futuro en el que sabemos qué no queremos, porque hemos sufrido y no queremos volver a hacerlo, por lo menos errando en lo mismo. Tropezaremos otra vez, pero con piedras nuevas, con el corazón aleccionado y algo más frío. ¿Y qué si no vivimos con tanta pasión?..  Quizá esa pasión la hayamos vivido individualmente, ahora si la compartimos, disminuye en intensidad personal pero aumenta en pareja, y por tanto podría multiplicarse por dos. Miedo me da la palabra pareja, pero debo aceptarla de nuevo en mi vocabulario porque me gusta, porque la quiero aunque me da miedo. Las mentiras hicieron mucho daño. Pero debo empezar, con el pro de la ilusión y el contra de la desconfianza. 

miércoles, 7 de marzo de 2012

Es necesidad


Necesidad y amor. A priori, dos sentimientos que no deberían darse la mano. Y, sin embargo, parece que no viven uno sin el otro. Pero debe ser en ese orden. Si los invertimos, el final es de ensueño pero no la realidad. Por eso debe ser necesidad y amor.
Tampoco es lo mismo necesidad de amor, porque también sería lo que toda persona busca y que, muy pocos, encuentran. Y si se encuentra, el tiempo es finito y desaparecerá... A veces, convirtiéndose en rutina, una sensación prohibida cuando impera el amor.
¿Hay necesidad o hay amor? La necesidad puede estar provocada por una búsqueda de una sutil tranquilidad consigo mismo, de una apariencia, políticamente correcta, hacia los demás o, incluso, de un miedo atroz a conocer la realidad de cada uno. Es fácil, entonces, luchar por encontrar esa persona capaz de darte todo eso y mucho más a cambio de amor.
La película entonces es la que es, su título, Estoy aquí porque me necesito y tú estás porque me amas. De un tal F. Moccia cualquiera. Lo que desembocará, lo queramos o no, en una "dosis de vida fugaz que me diste a probar". La necesidad lleva a ensalzar el egoísmo.
Quizá no sea tan malo que uno tenga necesidad y el otro amor, si siempre fuera así. Pero... la necesidad una vez contemplada y arropada, buscará cómo alimentar ahora el amor y saldrá a la caza de aquél corazón que la inunde, que la reviva, que la provoque, que la haga sufrir, que la encele... Y entonces?
El enamorado por amor y no por necesidad, desquiciará su vida, convirtiéndola en esa dosis letal y provocando que agonice segundo a segundo y paso a paso por el camino que le llevará a la necesidad... No será así, si su amor ha sido sentido, vivido y único. Desaparecerá, indudablemente, la exclusividad. Eso que solo saben qué es, los que la han vivido.

sábado, 3 de marzo de 2012

Reír


Reír, humor, momentos simpáticos, relax, disfrutar, probar... No quiero penas, malhumor, egoísmo, cinismo, hipocresía ni MENTIRA, y de momento parece ser que es lo que son capaces de dar. Así que... sin buscar pero mejor sin encontrar...
Cierto es que dar te hace más feliz, pero de ahí a que tratemos como tontos a los demás, hay un abismo. Dar es bonito pero recibir es necesario para que podemos seguir dando. Y el egoísmo se lo han puesto por bandera y no ven más allá de sus ombligos. 
Qué malo es una infidelidad pero tener a una persona que solo se quiere ella, es un drama. No es necesario pero si la igualdad es eso, voy a ver cómo anda mi ombligo...

jueves, 23 de febrero de 2012

Vértigo


Preguntas, miedos, indecisiones, desconfianza, incredulidad... Respuestas, mentiras, descaro, daño...
Qué situación más dramática pero qué necesaria. Cuando amas de verdad no hay un solo sentimiento que no aflore. Qué difícil es negar la evidencia. Pero a veces es importante hacer todo lo posible.
No. Lo importante es aprender. Cualquier situación, por dolorosa, dañina, triste que sea, es maestra. El problema es lo que aprendemos. En ocasiones, a luchar por no querer hacer nada que te pueda, de nuevo, provocar. Momentos fríos, sin sentimientos... Quién lo haya probado se dará cuenta que es posible vivir así. Cierto es que no te emociona nada, pero no es menos cierto que tampoco hay expectativas, esperanzas, desilusiones... Preferimos no disfrutar a disfrutar y llorar. Simplemente las vivencias se trasladan a otro nivel. Como una película, a veces incluso lloras, pero tras el final, unos segundos, solo eso, y luego todo vuelve a la normalidad.
El único deseo es que los tuyos estén bien. Tú importas poco, cuanto menos te provoque mejor, no tienes que luchar, buscar, perseguir, rogar... mendigar.
Por supuesto es la elección de cada uno, pero es una buena elección.
Cuando has querido hasta morir, no quieres hacerlo de nuevo, la herida es demasiado grande para que se cure. Vives con ella, pero es una compañera de viaje que jamás te abandonará. Jamás te traicionará porque la llevas tatuada. Y cada día, al levantarte sus buenos días será lo más sincero que te pase a lo largo de la jornada. Y así quieres que sea.
Asimilas y asumes tantas cosas... Aceptas que no volverá otra vez y sigues mirando para adelante sin rencor, con el objetivo en otros, no en ti.
Lástima que el tren corriera tanto, descarriló en el mejor momento, pero cuando decides subir sabes a lo que te arriesgas... Lo mejor es que no volverá a pasar un tren similar y el miedo a perder el control desaparece.

viernes, 3 de febrero de 2012

Quizá...


Cuando esa sensatez de la que alardeas te habla al oído y te dice "no me uses", provoca durante unos segundos ser libre de todo lo que no te deja seguir, simplemente por el hecho de que te hace ser consciente. Cuando la seguridad con la que avanzas, esa que te caracteriza, esa que provoca que gustes, te habla al oído y te dice "sabes que no estoy, verdad?", te sientes sola, indefensa, con miedo pero contigo misma.
Después de unos instantes, vuelves a sonreír. Son las que me hacen seguir, está bien que vez de en cuando me alarmen, me avisen, me provoquen, me prueben... Qué miedo más aterrador es dejar de ser yo.
Hay momentos en los que me gustaría estar a la deriva porque el luchar se convierte en un esfuerzo tan cargado de obstáculos que creo no poder. Sin embargo, la inercia misma es la que me despierta. Esa sensatez y seguridad que creía que me abandonaban en los momentos más complicados están, no me han dejado, flotan por encima de todo. No vale una cara bonita, no vale una palabra adecuada, no vale eso que quiero escuchar. La frialdad, el saber qué no quiero, el dolor de antaño, han dejado tanta huella que solidificó en el corazón, convirtiéndolo en poco menos que en una piedra.
Me vale, provoca en mí un sentimiento de nada. Ni siento ni padezco, no me recorre ni frío ni calor. Un arañazo no produciría sangre.
Quizá el peligro esté en no volver a querer, quizá no sea peligro, quizá es lo que debe ser.
Quizá esa sensatez y esa seguridad, también estén jugando conmigo...
Quizá deba cubrir mi cuerpo con filamentos sin fisuras...
Quizá no lo consiga...
Quizá sí
Quizá... ¿es ese el aliciente?

lunes, 23 de enero de 2012

La magia de la fantasía


Toda fantasía cumplida debe reservar un ápice de novedad. Descubrir el todo puede llevar a ignorarlo por el hecho de conocerlo. El momento de enfrentarse a la realidad es increíble, todo es nuevo. Los sentidos se acentúan por momentos, en otros, se atenúan dejándose llevar. Es ahí dónde se gana el secreto y se pierde la virginidad de lo que se desconocía.
Experiencias y sensaciones que afloran y que consiguen una paz, una tranquilidad poco normal. Y qué es normal? y por qué no lo va a ser?
Esa sensación natural del miedo a lo desconocido se convierte en pura curiosidad necesaria. El sentido común deja paso al sentido de las emociones y sensaciones provocando un estado superior.
En todos los sentidos aflora una prudencia comedida, necesaria para empezar el juego. A medida que se avanza, unos sentidos se potencian hasta tal punto que se pierde el control natural.
Las experiencias son la fuente del aprendizaje. Para ello, es necesario oír, ver, sentir, oler y, sobre todo, probar.